02 mayo 2010

Cruda realidad




Nada nuevo, dolor de cabeza, naúseas, una sed de los mil demonios y con la sensación de incertudumbre sobre las acciones propias de la noche anterior; todo lo anterior se puede resumir en una palabra: CRUDA.


Después de una noche de copas, una noche loca, y dependiendo de la cantidad de licor ingerido, la mayoría de las personas experimentan ese malestar conocido como "cruda", la cual no sólo es física sino también moral porque algunas veces no tienes ideas de lo que hiciste la noche anterior o tienes pequeñas lagunas mentales que no te permiten hilar todo lo que aconteció, pero eso no es lo peor.


Gracias a nuestros queridos amigos, compañeros de borracheras y defensores de la verdad, nos enteramos de todo, absolutamente todo lo que dijimos, hicimos, bailamos, etc., y no es extraño el pensar: ¿Cuánto tomé? o ¿Y yo hice eso? Uno podría pensar que son invenciones pero la triste realidad es que no, existen pruebas de todo lo que nuestros amigos nos dicen.



Encima de que el nos tiemblan las carnes y la cabeza nos da vueltas, tenemos que afrontar el que en el celular se encuentren registradas mil llamadas al ex entre las 2 y 4 de la mañana, que posiblemente la mitad de los asistentes a la fiesta o antro ya conozcan el tipo de ropa interior que usamos o incluso que descubramos rasguños y moretones en partes del cuerpo donde no da el sol.


Pero no todo es malo, la duración de la cruda y sus síntomas es proporcional a la intensidad y alegría expresadas en la fiesta, sólo les puedo dejar un par de concejos: hidratarse antes y después de tomar alcohol, si pueden durante evitarán los efectos de la cruda; llevar zapatos bajos (cuando no controlas los tacones) para evitar caídas y posibles torceduras; y por último, por más difícil que sea debido al estado de ebriedad, procuren que nadie les tome fotos comprometedoras o videos reveladores, aunque si no lo pueden evitar, no se preocupen, habrá alguno que haga más estupideces que ustedes.

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