Que lo sepa el mundo: ¡Fui al concierto de Paul McCartney! Toda una experiencia surrealista, como fanática de The Beatles y sin haber ido a ninguno de los conciertos en 2002, no me podía perder esta oportunidad.
Sería mentir decir que no es mi Beatle favorito, claro que lo es, aunque debo reconocer que no muchas de sus canciones tienen la calidad de las de Lennon o Harrison, sino que son más comerciales, pero aún así fue a partir de uno de sus discos que me empezó a gustar su música y después la del cuarteto de Liverpool.
Fue precisamente en el disco Give my regards to Broad Street (del cual existe una película), en el que se incluían muchas canciones de la fórmula Lennon-McCartney, pero me estoy desviando un poco del tema central.
El concierto fue simplemente espectacular, tuve la suerte de alcanzar boletos casi hasta adelante y lo que pueda decir es muy poco en comparación con lo que sentí al tener la oportunidad de ver y escuchar a una de las más grandes leyendas del rock & roll. A pesar de la lluvia tempranera, durante el concierto se vio un cielo poco despejado pero que en cierto punto cedió ante la luna llena de esa noche.
El repertorio musical fue desde sus temas como solista, como de su paso por el grupo Wings y, por supuesto, algunas canciones de cuando estuvo en The Beatles. Salío dos veces del escenario, mismas que regresaría con mucha más energía para seguir deleitándonos con su música.
Las mejores interpretaciones, de las que más vivas quedaron en mi cabeza, fueron, sin duda alguna, Live and let die, canción que forma parte de la banda sonora de una película de James Bond y en la que se utilizó la pirotécnia al ritmo de la música, algo impresionante; Helter Skelter, ya casi al final, para imprimir más fuerza a la última parte del concierto; Blackbird, canción en la que se vio cómo del techo del escenario fue bajando una luna y después el planeta Tierra, y, finalmente, la que más suspiros sacó del público, Something, en homenaje a George Harrison, con una proyección de fotos de George y Paul en el fondo del escenario.
Una experiencia que no tiene comparación, el recuerdo en mi vida y la realización de mi fanatismo por este señor y lo que representa para el rock y la cultura pop contemporánea, eso fue para mí el concierto, algo inolvidable.
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