Malentendidos, discusiones, desplantes y rupturas, todo debido a la falta de comunicación. Bien se dice que cada cabeza es un mundo, pero parecería que para entender cada mundo se necesita de un diccionario con sinónimos, interpretaciones de humor y sarcasmos.
Hoy en día, ya no es privativo de las parejas el no comunicarse, sino que es un fenómeno que se presenta en casi todas las relaciones humanas, tanto entre padres e hijos, amigos, incluso en quienes llaman para ofrecer un servicio y quienes reciben dichas llamadas. El arte de entender al otro no es tan difícil, ni tan sencillo; dicen que las mujeres son quienes mejor escuchan a diferencia de los hombres, pero este tipo de generalización me enerva al punto de dejar mi feminismo de lado y pasarme a la misoginia (temporalmente, claro).
Entonces, ¿cuál es el secreto para entender a los demás? Simplemente escuchar y comunicarse con respeto, porque eso de la tolerancia está tan choteado y suena como una obligación más que como voluntad, por ello no me gusta emplear ese término.
Pero existe otro problema implícito que es cuando el mensaje que se quiere transmitir no se entiende de la manera que tú lo entiendes, que las palabaras no son las adecuadas o que el tono de voz empleado no fue la mejor opción, ¿en ese caso que hacemos? ¿damos por terminada la relación? ¿y si es una relación de la que no se puede salir, que vas a estar con esa persona por mucho, mucho tiempo? Pues, como dice el personaje de Tea Leoni en Spanglish: hablar, sacar todo, agotar todos los medios, decir todo lo que se tenga que decir hasta quedar exhaustos, porque las discusiones cansan, puedes llegar al llanto y aún así no comprender al otro, pero lo tienes que intentar si quieres que la relación continúe de manera sana.
También es necesario tener una postura conciliadora, no estar pensando en los rencores guardados que saldrán como reproches a lo largo de la platica, tener en mente que los argumentos que se utilizarán pueden ser hirientes pero a la vez constructivos, que no en todo momento se tendrá la razón y, por último, tener muy claro el objetivo final que es restablecer la relación al punto en donde siga existiendo respeto, cariño y dignidad.
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