Con la coyuntura de este espacio y la celebración del 10 de mayo, algunas reflexiones han acaparado mi mente, cuestiones que antes no pensaba. Debido a diversas circunstancias, me encuentro en un momento de mi vida en que el pensar en los hijos se ha vuelto un poco más frecuente.
Como se dice "madre sólo hay una", y no puede existir afirmación tan cierta como ésta, no hay una mujer que nos aguante tantas cosas, que nos ayude, que se preocupe por cualquier raspón y que piense en nosotros todo el tiempo. Aunque no todos gozan de la presencia de su madre, los que todavía las tenemos muchas veces no las apreciamos lo suficiente y damos por sentado que estarán por siempre a nuestra disposición, cosa que realmente no pasará.
La maternidad no es algo sencillo y es algo con lo que no todas las mujeres nacen, hay mujeres que no desean tener hijos y otras que si pensaban esto, una vez embarazadas cambian totalmente su percepción sobre el tema. El tener hijos es un asunto que lleva una gran carga de responsabilidad, es entregarse por completo a otra persona que por muy pequeña que sea va a cambiar tu vida. Con estos tiempos locos y modernos, no creo que las mujeres hayan quitado de su cabeza el tener hijos, después de todo la mujer es el pilar de la familia y ésta la base de la sociedad, pero creo que es una etapa dentro de la vida de las mujeres que se ido postergando, dando prioridad a la vida profesional.
De cualquier forma, la entrega que reflejan las madres para con sus hijos es algo incomparable, porque son las únicas que a pesar de todo nos quieren y nos cuidan, a pesar de las borracheras, de no ser los mejores estudiantes, de llegar con parejas diferentes cada semana o de no pensar igual que ellas, nos comprenden y desean nuestra felicidad.
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