Molly Ringwald

Reina del cine adolescente de los ochenta, aunque a mi parecer de todos los tiempos, conocida por su participación en Pretty in Pink, Sixteen candles y The Breakfast Club, fue el icono de moda de una generación en Estados Unidos, y sus películas aún se siguen transmitiendo por televisión.

Para aquellos amantes del cine comercial, no se pueden perder ninguna de las películas mencionadas anteriormente, tanto hombres como mujeres, porque a pesar de que sean consideradas como "chick flick", forman parte de un ideario cultural fabricado para la juventud de una nación, pero que lograron trascender fronteras y ser consideras parte de una identidad; además de contar con las actuaciones de actores que hoy son reconocidos, pero que dieron un gran salto a la fama gracias a estas películas, como James Spader, Jon Cryer o John Cusack.

Como ídolo adolecente de los ochenta, Molly Ringwald logró imponer un estilo de moda y de actitud, ya que su inconfundible cabellera pelirroja junto con el corte era reconocido en donde fuera, y podía pasar de una niña tímida hasta la peor snob que nos podemos imaginar. Los vestuarios son, de igual forma, muy representativos porque de acuerdo al grupo social que perteneciera es cómo la vestían, así que podía ir desde una falda de cuero café entallada hasta un vestido rosa holgado y sin forma.

También hay que recordar que fue la época en que se empezó a abarcar el tema del sexo en los adolescentes, sus implicaciones sociales y las consecuencias de practicarlo sin estar informados.

Algo tontas, sí, pero muy divertidas y realistas, las películas de Molly Ringwald son una oda a los estereotipos de la preparatoria y, en general, de la adolescencia en su máxima expresión. Sexo, drogas, fiestas y rechazados sociales, temas clásicos para cualquier joven son los que trabajos en los que podemos ubicar a Ringwald.