Nunca había sentido tanto la llegada de la primavera, supongo que es a causa de tanta tarea, exámenes y trabajos, pero este fin de semana llegó la primavera como un nuevo respiro y como la canción de John Paul Young, la primavera se siente en el aire.
Y no sólo con respecto a el calor, sino que todo reverdece, los colores regresan al guardarropa y está esa sensación indescriptible de sentirse enamorado, pero no de una persona o varias, depende de cada quien, te enamoras de todo lo que está a tu alrededor. Está ese cosquilleo de hacer algo, de moverse, de sonreír, de sentirse vivo.
Tal vez fue que el invierno se sintió como un azote sobre mi estado de ánimo y que tanta desgracia ocurría a mi alrededor. Pero ahora, sin haber ido a Teotihuacán a tomar energía en la Pirámide del Sol, siento la recarga, el impulso y las ganas de seguir. De tener la voluntad y el ímpetu para continuar y agradecer por lo que tengo; como se dice que la violencia genera violencia, habría que cambiarlo a la buena vibra, la alegría y el amor.
Es hora de cantar: "Vuelve, vuelve primavera; vuelve, vuelve que te espero; mi triste corazón te dice: mi vida, yo te quiero a ti", como hace tantos años que no cantan Los locos del ritmo o Los crazy boys.
Ha llegado el momento de despertar y abrir los ojos, decir sí a las dudas, porque lo mejor está por venir, lo sé, al igual que las ninfas y los sátiros, el placer nos espera, tanto tiempo hemos aguardado y por fin estaremos juntos. La paciencia y tranquilidad quedaron atrás, sonríe y mira mis ojos, pronto te digo, muy pronto. Lo sientes en tu cabeza, tu columna va a estallar, no resistes las ganas de gritar y moverte, pronto, muy pronto.
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