De sabores, por favor.

Si bien se dice que en gustos se rompen géneros, o en custión de gustos no hay nada escrito, creo que la gente sigue ciertos cánones ya establecidos, tanto en lo estético, musical o social, líneas que ya han sido marcadas por otros, que podríamos decir vienen de la globalización y el efecto que ha tenido en la vida y preferencias de las personas.

Debido a diversas circunstancias personales, fue que empecé a pensar en que, a pesar de que la globalización con su modelo universalista de valores y usos culturales ha permeado, la decisión de ir por un lado u otro recae en la persona, en el individuo. Sin tocar el tema de las aptitudes o habilidades de las personas, creo que mucho de lo que hacemos o pensamos está determinado por el medio en el que nos desenvolvemos y lo que en dicho medio está considerado como los ideales a seguir, desafortunadamente, esto es impuesto y las personas lo adoptan desde su infancia; por ejemplo, en el caso de elegir una carrera universitaria (que es lo que toda tu familia espera) considero realmente imprudente que esta decisión se tenga que hacer a los 18 años formalmente, pero que la vayas planeando desde la secundaria, es totalmente ingenuo creer que un puberto preocupado por descubrir quién es y hacia dónde va, se tome el tiempo para decidir qué quiere en la vida.

De igual forma con la pareja, la sociedad te dice en qué es en lo que te debes fijar o qué es lo que debes buscar en una persona con la cual vas a disfrutar el "resto de tu vida", puedes tratar de enlistar cada uno de los aspectos con los que debe cumplir dicha persona, pero a la larga te das cuenta de que casi nadie cumple con todos los requisitos que pides y a fin de cuentas llega ser cuestión de química y valores socioculturales los que te van a llevar a estar con alguien a largo plazo.

Las decisiones tomadas van a perfilar nuestro futuro, pero no por ello tenemos que adecuarnos a lo que la sociedad diga, en cualquier momento nos podemos salir del esquema, lo único que no podemos obviar son las responsabilidades adquiridas y los compromisos concertados, ya que gracias a éstos es que vamos madurando y afrontando a quienes pensaban que no podíamos superarnos y asumir las consecuencias de dichas decisiones y al mismo tiempo sentirnos satisfechos.