En una publicación de moda que leí el mes pasado se incluía un reportaje sobre la Semana de la Moda Ciudad de México (Mexico Fashion Week), en éste se mencionaba la falta de talento que imperó en la pasarela, argumentando que los diseñadores no siguieron las tendencias que se marcaban a nivel internacional para la temporada Primavera- Verano de este año, tanto en uso de telas como en diseño. Incluso el autor llegó a hacer la comparación con la Buenos Aires Fashion Week (BAF Week) y los similares de Rio de Janeiro y Colombia, colocando a estos eventos muy por encima del nacional.
Sin embargo, el mundo de la moda es enorme, la capacidad de creación de cada uno de los diseñadores es tan diferente como la diversidad de opinión de las personas, no se puede calificar y tratar de homologar colecciones enteras con el objetivo de menospreciar a los diseñadores mexicanos. En todo caso, lo ideal sería el objetivismo, lo cual incluiría mencionar la falta de inversión en nuevos talentos así como la escaces de oportunidad de poder presentarlo en eventos con una publicidad impresionante y asistencia influyente.
A pesar de que se considera a la moda como algo banal, contiene a un sector de la producción muy importante como es la industria textil, la cual se encuentra en crisis, como muchos otros sectores de la economía mexicana, y a fin de cuentas considera que es mucho más importante mencionar en artículos como el que leí la falta de ética y la disparidad de precios que se manejan dentro de dicho sector, ya que tenemos ejemplos en la mayoría del territorio nacional, en donde se compran tejidos tradicionales, considerados artesanías, a precios insultantes para ser incluidos en colecciones de diseñadores de renombre con lo que aumentan el valor de dichos tejidos de manera exorbitante, siendo que en sí valen mucho más.
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