Al igual que la canción de Carly Simon, me he encontrado con personas que creen que el mundo gira alrededor de ellos, piensan que les caen bien a todo el mundo, que su opinión es indispensable para que el resto de las personas puedan seguir su vida. Cuando hablan de sus amistades resaltan lo que han hecho por ellas y cómo el que los hayan conocido ha cambiado favorablemente las vidas de esas personas. Lo que no saben es que todo eso que piensan es erróneo.
Esta clase de personas creen que por su apariencia todos los quieren como amigos o como amantes, desean ser vistos y admirados, pero lejos de que sea así la mayoría del tiempo la gente no los soporta. Tal vez tienen uno que otro amigo que sí los aprecia y que gracias a los años (quiero creer) descubrieron una faceta humanitaria y humilde en estas personas, pero los demás que no tienen el placer de conocer esa otra parte de su personalidad se van con la primera impresión, la cual no es del todo favorable.
Dicen que no se debe juzgar un libro por su portada y es igual con las personas, pero cuando te encuentras con alguien que todo el tiempo centraliza la conversación, que trata de imponer su punto de vista sobre el de los demás dejando de lado el respeto a las ideas diferentes y que para colmo creen que todo el mundo está pendiente de lo que hacen o dicen, es cuando pienso que la primera impresión que tuve de esa persona fue la correcta, triste pero cierto. Afortunadamente no considero que todo el mundo sea así, lo único que nos queda es soportar a esos vanidosos y necios con los que compartimos el planeta.
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