
El problema con los que dicen no ser felices o no encontrarle valor a la vida es que siguen en ese proceso de búsqueda interna, no tienen idea de que van a hacer de sus vidas o no saben para que demonios cayeron en este mundo.Posiblemente sea cuestión de no buscar las respuestas a estas cuestiones y simplemente disfrutar, disfrutar todo: un beso, un buen café, el sufrimiento (y con eso no justifico a los depresivos), una goya a todo pulmón o hasta que el dichoso metro no pase a la hora que se supone tiene que pasar. Porque si estamos pendientes sólo de lo que nos hace felices o lo que creemos que nos hará felices, nunca estaremos viviendo el presente, por lo tanto no lo disfrutaremos, y ¿de qué se trata la vida si no es de disfrutarla?
Si hay algo que me gusta hacer es observar a la gente, me encanta ver cómo reaccionan ante diferentes situaciones que les suceden, cuando creen que nadie los ve, a veces es chistoso, pero muchas veces, sobre todo en la ciudad, te das cuenta de la desesperanza, hastío y cansancio de las personas con que te topas en las calles y los lugares a los que vas; son pocas las personas que las ves tranquilas y aunque estén en el camión lleno a las tres de la tarde con un sol deslumbrante y un calor sofocante no tienen una mueca ni una actitud tosca hacia los demás, claro que hay que tomar en cuenta que el humor de cada uno va a cambiar dependiendo de las circunstancias que nos rodeen.
Como dice la canción de Lea Salonga "I'd like to teach the world to sing", un poco optimista, pero recordemos que la canción es de los sesenta, y de los que se trata es de vivir y sentir, como dije no sólo dar un beso porque sí, sino sentirlo, entregar todo y estar abierto hacia todo, siempre y cuando sea sano y no perjudique la integridad física.
Y aquí es cuando todos empezamos a cantar: (8) "Únete a los optimistas, abre tus alas, mira hacia el cielo" (8)
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