Lugar: Huatulco, Oaxaca.
Duración: una semana, bueno, 6 días.
12 integrantes de la compañía Primera OBscena Teatro (POT por sus siglas).
Yo, como invitada y espectadora de todo lo que sucedió esta semana, me he dado a la tarea de transmitir al mundo cibernético un poco de las personas que conocí y que integran la compañía. Si bien ya los había visto en escena, en realidad no sabía cómo eran, sus actitudes y temperamentos, y siempre como elemento externo lo primero que haces es escuchar y observar.
No fue una experiencia bizarra, pero sí algo que recordaré toda mi vida. Se trataba de las vacaciones de la compañía POT, de la cual mi hermana y su amiga son integrantes; de algunas platicas que había tenido oportunidad de ser parte y escuchar, esperaba conversaciones de teatro solamente, para mi sorpresa, se trata de chavos que si su pasión es el teatro, también tienen intereses tan diversos como diferentes son entre ellos; aunque es necesario mencionar que para nada esperaba verlos bailar a todos al ritmo de Bad Romance de Lady Gaga, momento que me desconcertó y rompió el esquema que tenía de algunos de los integrantes de la compañía.
Una energía especial es la que rodeaba a todos y, a pesar de que a mitad de semana se notó un bajón de pila, siempre mantuvieron una sonrisa. Las reuniones de alcohol en el cuarto de hotel fue más como la revelación de secretos a voces que entre ellos resultaban de mucha importancia y trascendencia, especialmente los dirigidos al escritor, director y actor de la compañía.
Mordidas de mosquitos y la luna sobre el mar de la bahía fueron el preámbulo a un evento desafortunado que no tuvo víctimas, sólo un susto, seguido de voleos fallidos en las albercas que terminaron en utilizar a las pelotas como flotadores. Un calor insoportable proveniente del sol deslumbrante provocó quemaduras estilo camarón en unos y acentuar la piel canela de otros, sin embargo todos tenían la disposición para divertirse y pasar un buen rato.
Mi segunda visita a Huatulco, diferente pero igual de satisfactoria que la primera, porque he de confesar que con este conjunto de bahías sostengo un romance que se intensifica con el tiempo, pero mi verdadero amor es Oaxaca.
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