30 junio 2010

Verano peligroso


No hay cosa más dañina para el ser humano que el tiempo libre, sobretodo para los citadinos y de agenda ocupada, el tener un poco de tiempo para dedicar al ocio significa una desorientación tal para algunos que su mente empieza a maquinar lo que nunca hubieran pensando o les da esa sensación de vacío un necesidad de ocuparse y querer hacer todo lo que no han tenido tiempo suficiente de hacer.

Pero la parte más peligrosa es la de regresar a aquellas conductas nocivas para la salud, desde los desvelos innecesarios, atracones de comida chatarra y pensar en aquella persona que te costó mucho dejar atrás (aunque, si nos ponemos a pensar, si vuelves a pensar en ella, realmente no la dejaste atrás, ¿no?).

Cuando la mente tiene tanto tiempo a su dispocisión, empieza a maquinar todas las posibilidades que existen de encontrar a esa persona, pero te detienes a pensar en otras cosas: distractores, de los cuales hay muchos a la orden del día, ya sean amigos, salir a ver una exposición, una obra de teatro, ejercicio, fiestas con extraños; todo lo que no te recuerde a esa persona, que te aleje, pero al final del día ahí está, justo en el momento antes de dormir, y con las lluvias de este verano, la ventana del pensamiento queda abierta, ya que bailar bajo la lluvia, por muy tentador que suene no lo puedes hacer los siete días de la semana.

Puedes inventar alguna excusa para verlo, curiosamente, al mismo tiempo piensas en todo lo que hizo que se separaran. Dice el dicho que un clavo saca a otro clavo, y te preguntas "¿dónde demonios está ese otro clavo?", porque ese es uno de los efectos del verano, ya sea con calor o lluvia, invita a compartirlo con alguien más. Tanto tiempo, tanto por hacer, tarde y noche, deja las mañanas para dormir, pero ¿con quién disfrutarlo?

27 junio 2010

Mis vacaciones con una compañía de teatro


Lugar: Huatulco, Oaxaca.

Duración: una semana, bueno, 6 días.

12 integrantes de la compañía Primera OBscena Teatro (POT por sus siglas).


Yo, como invitada y espectadora de todo lo que sucedió esta semana, me he dado a la tarea de transmitir al mundo cibernético un poco de las personas que conocí y que integran la compañía. Si bien ya los había visto en escena, en realidad no sabía cómo eran, sus actitudes y temperamentos, y siempre como elemento externo lo primero que haces es escuchar y observar.

No fue una experiencia bizarra, pero sí algo que recordaré toda mi vida. Se trataba de las vacaciones de la compañía POT, de la cual mi hermana y su amiga son integrantes; de algunas platicas que había tenido oportunidad de ser parte y escuchar, esperaba conversaciones de teatro solamente, para mi sorpresa, se trata de chavos que si su pasión es el teatro, también tienen intereses tan diversos como diferentes son entre ellos; aunque es necesario mencionar que para nada esperaba verlos bailar a todos al ritmo de Bad Romance de Lady Gaga, momento que me desconcertó y rompió el esquema que tenía de algunos de los integrantes de la compañía.

Una energía especial es la que rodeaba a todos y, a pesar de que a mitad de semana se notó un bajón de pila, siempre mantuvieron una sonrisa. Las reuniones de alcohol en el cuarto de hotel fue más como la revelación de secretos a voces que entre ellos resultaban de mucha importancia y trascendencia, especialmente los dirigidos al escritor, director y actor de la compañía.

Mordidas de mosquitos y la luna sobre el mar de la bahía fueron el preámbulo a un evento desafortunado que no tuvo víctimas, sólo un susto, seguido de voleos fallidos en las albercas que terminaron en utilizar a las pelotas como flotadores. Un calor insoportable proveniente del sol deslumbrante provocó quemaduras estilo camarón en unos y acentuar la piel canela de otros, sin embargo todos tenían la disposición para divertirse y pasar un buen rato.

Mi segunda visita a Huatulco, diferente pero igual de satisfactoria que la primera, porque he de confesar que con este conjunto de bahías sostengo un romance que se intensifica con el tiempo, pero mi verdadero amor es Oaxaca.

20 junio 2010

Sobre mi padre




Dicen que todos los hombres desean tener hijos, varones que continúen con la tradición de llevar el apellido y así sucesivamente, pero por lo que puedo decir eso no es completamente cierto ni vale generalizarlo.


En mi caso, toda la familia se encargó de hacerme saber que mi papá deseaba tener un hijo y que cuando se enteró de que fue niña su primogénito, lo único que pudo hacer fue recargarse junto a la pared que tenía detrás de sí y ponerse todo colorado, anécdota chistosa cuando la cuentan pero que no te hace sentir tan especial o esperado como habrías querido.


Afortunadamente, a lo largo de mi corta vida, mi papá se ha encargado de decirme lo orgulloso que se siente de tenerme como hija y también de haber tenido a mi hermana, que no podría esperar lo mismo de un niño, al cual no habría consentido tanto como a nosotras, sino que al contrario, lo habría presionado y esperado de él demasiado, por eso que bueno que no lo tuvo, en cambio puede disfrutar de sus dos nenas.



Si bien mi hermana y yo no nos parecemos mucho en cuanto a carácter, las dos podemos decir que nuestro padre nos quiere mucho y que ha hecho lo que ha estado en sus manos para complacernos en casi todo lo que hemos deseado o querido; de ahí dudo mucho que encontremos a algún hombre que nos consecuente tanto como nuestro padre.


Se habla mucho de la relación de las madres con sus hijas y de los padres con sus hijos, pero la relación padre-hija es algo tan especial que sólo lo entienden los hombres que han tenido niñas, porque ellas se convierten en su motivo de vida, en un tesoro que cuidan hasta donde pueden porque siempre las van a ver como sus niñas chiquitas por más grandes y maduras que sean ellas; los padres siempre verán a sus hijas como princesas aunque no pertenezcan a la realeza.


Mi papá me ha enseñado esto, aparte de la música de los sesenta y el fútbol americano, me ha educado para tomar mis propias decisiones bajo los riesgos que ello implica y sobretodo, me ha demostrado que me quiere y que no pudo haber esperado algo mejor que yo como su hija.

15 junio 2010

Miradas


Es difícil describir lo que se puede transmitir a través de una simple mirada, los sentimientos y emociones que todos experimentamos, no en vano dicen que los ojos son el reflejo del alma, ya que a través de ellos descubrimos a las personas.

Lamentablemente, nuestro juicio no siempre es bueno o certero; conocemos personas y creemos que por lo que dicen o como dirigen sus miradas hacia nosotros ya las desciframos a la perfección y por completo, pero no se trata sólo de las miradas, sino también de las acciones.

Quizás esto tenga más sentido para mí, que para cualquier otra persona, pero es de las cosas que te das cuenta cuando realmente ves a los ojos a las personas, sobretodo en aquellas en las que tienes la esperanza de encontrar algo, una especie de reciprocidad.


Existen todo tipo de miradas, desde de celos hasta amor, ternura, odio, en fin, demasiadas y una tarea poco productiva intentar enumerarlas en este pequeño espacio; pero como mujer, creo que la mirada que siempre buscamos es la de amor, de complicidad y cariño por parte de la persona con la que compartimos este momento de nuestras vidas, sé que suena cursi pero es la realidad, por mucho que les cueste a algunas aceptarlo.

Lo triste es cuando nos dirigimos hacia esos ojos y no vemos nada, sólo un vacío, donde en un principio pudo haber lujuria y pasión, ahora no queda ni el rastro de eso, en ese momento es cuando sabes que ya no hay para donde continuar, que no queda ninguna razón para seguir juntos; a la vez te encuentras con otras miradas, inquietas, fugaces, con el indicio de la búsqueda de algo en tus ojos, una nueva mirada que puede ser el inicio de otra parte de tu vida.

A mi parecer es de lo más intenso que puede existir, porque por un lado te das cuenta de que de la persona de la cual esperabas todo, no te ofrece nada, al mismo tiempo, de otra persona, recibes miradas, observas conductas, que al final te abren los ojos y descubres en tu interior esa chispa con alguien que no te esperabas.

03 junio 2010

Antes... ahora... y después


La vida que conocemos hasta el día de hoy es resultado de tantos cambios sociales como nos podamos imaginar, de lucha y esfuerzo de nuestros ancestros y de sangre que se derramó para que nosotros disfrutemos de lo que tenemos.

Pero también es resultado de cambios en la forma de pensar, en la forma en que interactuamos y concebimos diferentes aspectos de la vida. Muchos dicen que todo tiempo pasado fue mejor, posiblemente estén en lo cierto si vemos a nuestro alrededor y encontramos destrucción, hambre y desigualdad; sin embargo, no todo es tan negro, a diferencia de décadas anteriores, e incluso siglos, en la actualidad las oportunidades están al alcance de nuestras manos que no hay más que hablar de superación en el sentido más amplio de la palabra, tanto en materia laboral, de género, medioambiental, por mencionar sólo algunos temas.

A pesar de todo eso, ¿estaremos llegando al límite de nuestra capacidad? La respuesta sólo se dará con el tiempo, pero es muy importante pensar en que las posibilidades no se han terminado y que como nuevas generaciones tenemos la responsabilidad de no conformarnos con lo que tenemos, que tenemos la fuerza para cambiar lo que aún queda por cambiar y mejorar.