¡Por fin está aquí la primavera! Ya la sentía venir desde hace algunos días, pero hoy fue diferente, el sol pegaba de una forma que no se sentía en mucho tiempo y el calor inundaba todo el espacio entre objetos y seres vivos.
No sé que me da con la primavera pero es la estación que espero, al igual que las flores en las películas animadas, para reverdecer, para salir. No me quejo del invierno, también me encanta, pero no tiene la energía de la primavera, esa energía que te rodea, te motiva y te impulsa, es algo que se mueve dentro de mí, que me aviva los sentidos.
Es algo que he sentido toda mi vida, o al menos que yo recuerde, pero esta vez lo sentí de una manera tan intensa, como algo que me mantenía inquieta, con un espíritu de renovación que hace que todo se sienta como si fuera la primera vez.
Al mismo tiempo, se respira cierto aire extraño, es como algo que se mete dentro de mis poros, que me inunda y hace estallar a mis hormonas, las revuelve, provocando en mí algo que no sé explicar, que sólo siento.
Es en ese momento en que recuerdo a todos mis amantes, a cada chico con el que he tenido algo que ver, con que me he involucrado, lo bueno y lo malo, sobretodo aquellas experiencias que más disfruté con ellos, ¿pero por qué es justo en esta época del año que mis recuerdos me llevan a ellos? Creo que por la misma razón: la primavera es un nuevo despertar, pero con ello debemos de recordar lo que somos y qué es lo que nos ha hecho como somos y el lugar en el que estamos, todo eso para llegar abiertos tanto en cuerpo y mente, o al menos en mi caso así lo considero, se trata de la disposición de abrazar cada oportunidad y reconocer lo que no nos llevará por el lugar al que queremos llegar. ¡Qué bueno que llegó la primavera!
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