¿Qué pasa cuando juntas a más de 50 jóvenes veinteañeros en una casa con alcohol ilimitado y sin supervisión de un adulto "responsable"? ¿No sabes? Lo que pasa es que despiertan todas las emociones y sentimientos guardados por meses, chismes a la orden del día, hasta parece que se abrieran los poros de todos los presentes para percibir en toda su amplitud la experiencia de un viaje lejos de los padres y entre amigos. Eso fue lo que paso durante un fin de semana, el cual estaba destinado a ser el acabose total, y fue ese el resultado.
Se dice que la vida universitaria se trata de vivir al máximo y experimentar de todo, pero cuando eres parte de una cultura de costumbres un tanto puritanas y bastante arraigadas, es comprensible que a la mínima señal de "libertinaje" o conductas propias de springbreaker, destaques de entre los demás.
Lo curioso es que en el mundo del chisme sólo te llegue el rumor de lo que hiciste por tus amigos y no por los que reprueban dicha conducta. Lo peor es cuando el chico que te gusta se entera de lo que hiciste y le da por reforzar su postura de difícil... ¡Ah, la vida difícil de una chica fácil!
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