19 septiembre 2010

Del enamoramiento a la amistad erótica


Difícil, pero cierto. Como creyente fiel de que este proceso puede funcionar, claro que responde a mi experiencia y, aunque quisiera enumerar los pasos, serían sólo los suficientes para retratar cada etapa que viví.


En primer lugar, esto sólo es funcional para aquellas personas que después de tener una relación en la cual sólo uno de ellos fue quien se enamoró, y que ven que la otra persona nunca llegará a quererlos al mismo grado que nosotros es el momento en que se tiene que decidir, ya sea permanecer en la relación bajo las mismas condiciones, a sabiendas de quedar totalmente insatisfecha; cortar de tajo con la persona o, en todo caso, recuperar la amistad o conservar el contacto.


Cuando escoges la última opción, lo único que queda es analizar muy dentro de ti si realmente puedes estar cerca de la persona sin sentir nada más que amistad o si todavía tienes el impulso de probar sus labios y sentir su cuerpo junto al tuyo de nuevo, en este caso es mucho más saludable optar por la amistad erótica.


Cuando sientes que no te puedes resistir a los encantos de dicha persona, a su manera de hablar y la forma en que te mira, pero a la vez, estás consciente de que una relación a largo plazo o de entrega mutua no existirá nunca, ¿por qué no ceder a tu instinto y dejar que la naturaleza se encargue del resto?


Debes ser muy claro en cuanto a qué tanto se pueden involucrar, precisamente para no resultar lastimado y no regresar a las condiciones previas a este acuerdo, la mejor forma de hacerlo es platicarlo, pero nunca en el momento de la acción, antes o después, hacerle saber a la persona que no habrá ningún compromiso entre los dos, que sólo se trata de disfrutar el tiempo que pueden pasar juntos, sin reclamos ni obligaciones.


Esto llega a ser bastante efectivo cuando realmente se aplica, ya que alcanzas tal grado de satisfacción sexual y objetividad emocional, que no tuviste en la fase previa de la relación; de ahora en adelante son amigos, se entienden física y sexualmente, pero no están atados, se pueden apoyar y recurrir el uno al otro en el momento en que lo necesiten; y lo maravilloso de esto es que puedes llegar a tener tantas amistades eróticas como gustes.

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