20 diciembre 2009

Amor en tiempos de guerra



Esta semana, por aquello del ocio, tuve oportunidad de ver dos películas relacionadas con la Segunda Guerra Mundial, ambas con una historia inimaginable y con personajes muy bien definidos. La primera fue Días de pasión con Charlize Theron y Penélope Cruz y la otra fue The reader con Kate Winslet.


Ambas películas me dejaron pensando mucho en lo que es la guerra y cómo es que la gente reacciona ente diversas situaciones; obviamente, por mi corta edad y por el país en el que vivo, no tengo la experiencia suficiente para hablar sobre cómo se debe actuar en una situación tan difícil como es la guerra, por ello me llamaron mucho la atención dos personajes, uno de cada película.




En primer lugar el de Charlize Theron en Días de pasión en el que representa a una fotógrafa francesa que conforme va avanzando la guerra desde la Guerra Civil Española hasta la ocupación alemana de Francia, su actitud es despreocupada y argumenta que no tiene sentido preocuparse por algo que no les afecta directamente, ¿para qué intentar luchar contra algo que es más grande que tú? En segundo lugar, en The reader hay un personaje de un estudiante de derecho, no muy relevante para la historia, pero cuyas intervenciones cuestionaban la inacción de las personas frente a la masacre que sufrían los judíos.


Aunque son en cierta forma opuestas las posturas de los dos personajes no dejan de ser válidas, ya que en el segundo caso, el personaje reclama una injusticia que no le tocó vivir directa o indirectamente, pero provoca reacción, despierta el debate de lo que se debió o no debió de haber hecho, cuestiona el papel de los que estaban en el poder y tenían la capacidad para detener toda esa serie de injusticias, y es esto último lo que a mi parecer cobra una importancia fundamental, a fin de cuentas, a nivel internacional, pero ¿qué hay de la población civil? Como vemos en el papel de Charlize Theron y de otros personajes de la misma película, en que hacen lo que pueden para ayudar a su alrededor, de alguna forma u otra.



Dicen que la guerra cambia todo, relaciones, personalidades, costumbres y formas de pensar; no lo dudo, pero no me deja de intrigar el papel que jugamos todos como población civil frente a los problemas o las injusticias que observamos en la tele, en las noticias, o que presenciamos. Posiblemente, sea cuestión de hacer lo que está a nuestro alcance, pero ¿y los que se encuentran en el poder? Realmente no creo que tengan idea de la capacidad que está en sus manos para llegar a soluciones viables y duraderas o tal vez tenga mucho que ver con nuestro trabajo como sociedad para obligarlos.


Lo que sí es seguro es que estas dos películas son muy recomendables, porque abordan un mismo tema desde diferentes perspectivas pero con la intención de mover algo en el público, de provocar una reacción, de que seamos capaces de observar más allá de lo que los medios o los libros de historia nos hacen ver, ya que a fin de cuentas la Segunda Guerra Mundial, como muchas otras guerras, afectó a personas, individuos y familias, todo por meros objetivos políticos, lo cual, lamentablemente, hoy en día, aún tiene cabida en el mundo.

19 diciembre 2009

One night stands


A mi generación la han llamado la generación anti-compromiso, se dice que nos caracterizamos por evitar comprometernos con lo que sea, en relaciones de pareja, con una aerolínea o hasta para encontrar un tema de tesis. Aunado a esto encontramos que, según encuestas recientes, la juventud de nuestro país no toma con seriedad las enfermedades de transmisión sexual.


Bajo el supuesto que las relaciones de hoy en día están marcadas por ser efímeras y sobretodo, con encuentros sexuales esporádicos, es que me interesó hablar de los encuentros sexuales de una sola noche, ya que en las series estadounidenses son muy comunes y es un aspecto cultural que se ha ido filtrando en las generaciones jóvenes.


Según las últimas encuestas, la juventud de México no ve el constante riesgo a futuro con la práctica de relaciones sexuales efímeras y, peor aún, sin protección, en lo que respecta a enfermedades de transmisión sexual, especialmente el SIDA, según El Universal, la juventud en México, no ve en el SIDA una enfermedad mortal, piensan que al existir medicinas que la controlan, eso le elimina el efecto que pueda tener en las personas, lo que ha fomentado de alguna manera que sea cada vez mayor el índice de personas menores de 30 años que tienen relaciones sexuales sin protección con múltiples parejas, esto es, sin la necesidad de crear un vínculo con aquellas personas que protagonicen sus encuentros sexuales.



Por ello, tomando en cuenta la falta de compromiso que sufre mi generación, es increíble que no tome las medidas de prevención necesarias para protegerse, tanto a ellos mismos como a sus parejas, aspecto que creería de una persona mayor de 35 años, que debido a la época en que creció, le sea natural el no comprometerse, de ahí la gran cantidad de divorcios o parejas de adultos ya separados.


Se me hace increíble el aceptar cifras que demuestran la gran falta de información que enfrenta mi generación y generaciones más jóvenes, ya que eso nos pinta un futuro autodestructivo, incapaz de creación y con una falta de identidad como individuos, lo cual sólo refleja la pérdida de valores sociales y familiares como la base de la convivencia social.

09 diciembre 2009

Eres lo que quiero


¡Oh, dulce sufrimiento!

¡Oh, dulce agonía!

¿Cómo te fuiste a meter en lo más hondo de mi pensamiento?

¿En qué momento sucedío?

¿Cómo te la ingeniaste para cautivarme?

¿Acaso no te das cuenta de lo que provocas, de lo que me haces sentir?

¿No eres conciente de que con una simple mirada soy tuya?


Supongo que no, de lo contrario no me seguirías torturando tan tranquilo, tan paciente, tan lento... a menos que ese sea tu objetivo, que te guste mantenerme al borde de los nervios, justo en el punto en que quiebro, en que no articulo palabra alguna, en que me muerdo los labios de pensar en lo que será besar los tuyos, porque te aseguro que lo haré y no es mi objetivo sonar pretenciosa.


Te veo y siento que no tendré el valor suficiente para hacerte saber todo lo que siento por ti, pero entonces sonríes, me miras y me inunda una sensación indescriptible, pero agradable y pienso:

¿Cómo he de llegar a ti?

¿Cuál es la forma para que me veas y me notes, pero que en serio me notes?

¿Cómo te he de cautivar?


Sí, es cierto, no te he dado ningún indicio de que quiero estar contigo, mala costumbre mía, lo sé, pero es cuestión de tiempo y no estoy dispuesta a seguir sin ti, porque te quiero conmigo, para mí, que yo estaré ahí, para ti.

05 diciembre 2009

Dralion


Simplemente uno de los mejores espectáculos de los que he tenido oportunidad de asistir. Fue en esta semana que se presentó el Cirque du Soleil con el show de Dralion, en el que se puede apreciar en todo momento la habilidad y el entrenamiento de cada uno de los integrantes de esta compañía.


En lo particular, no tenía una idea clara de que esperar, sobretodo porque no soy aficionada de los circos, por el trato que reciben los animales y que se les utilice como fuente de entretenimiento, pero el Cirque du Soleil es una compañía que le da un giro impresionante al concepto de lo que es un circo, empezando porque no utilizan animales, todo se trata de acrobacias, trucos, danza aérea y performances que dan vida a un elemento de todo el desarrollo del show.


Es a partir de colores y música que los bailarines y acróbatas, por etiquetarlos de alguna manera ya que la categoría correcta sería artistas del movimiento, expresan un conjunto de emociones con cada parte de su cuerpo, desde la punta de los dedos de sus pies hasta la última hebra de sus cabellos, provocando que el público sea parte del mismo espectáculo ya que dichas emociones son transmitidas de una forma que no puedo describir, simplemente lo sientes.


En el caso de Dralion lo que el público puede esperar es entrar en un mundo separado de la realidad en donde se pone a prueba la percepción y se despiertan todos los sentidos ya que se debe hacer un gran esfuerzo para no perder de vista ni uno solo de los movimientos, ni uno de los saltos y mucho menos la interpretación, ya que gracias a la música y los vestuarios es que uno puede seguir cada uno de los bloques que componen el espectáculo y entrar en juego con los presentadores. Lo recomiendo mucho para aquellos que tengan la oportunidad de asistir, sobretodo a aquellos que no gusten del circo, como yo, porque les aseguró que les cambiará la forma en apreciar la capacidad de expresión del cuerpo humano.