11 enero 2011

Fin de semana cardiaco


¿Qué pasa cuando juntas a más de 50 jóvenes veinteañeros en una casa con alcohol ilimitado y sin supervisión de un adulto "responsable"? ¿No sabes? Lo que pasa es que despiertan todas las emociones y sentimientos guardados por meses, chismes a la orden del día, hasta parece que se abrieran los poros de todos los presentes para percibir en toda su amplitud la experiencia de un viaje lejos de los padres y entre amigos. Eso fue lo que paso durante un fin de semana, el cual estaba destinado a ser el acabose total, y fue ese el resultado.


Se dice que la vida universitaria se trata de vivir al máximo y experimentar de todo, pero cuando eres parte de una cultura de costumbres un tanto puritanas y bastante arraigadas, es comprensible que a la mínima señal de "libertinaje" o conductas propias de springbreaker, destaques de entre los demás.


Lo curioso es que en el mundo del chisme sólo te llegue el rumor de lo que hiciste por tus amigos y no por los que reprueban dicha conducta. Lo peor es cuando el chico que te gusta se entera de lo que hiciste y le da por reforzar su postura de difícil... ¡Ah, la vida difícil de una chica fácil!

06 enero 2011

Queridos Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:
Ya tiene varios años que no les escribía una carta, y mucho menos por medios electrónicos (ya ven, los efectos de la tecnología en la vida diaria). Espero que se encuentren muy bien y regalando muchos juguetes a los niños que se los merezcan.
Sé que los regalos de mi infancia hoy en día resultarían de colección o con un toque de nostalgia pero dado que me he portado muy bien en todos estos años que no les he escrito, creo merecerme un regalo en esta noche, claro, no será como aquellas largas listas llenas de muñecas, juegos de cocina, bicicletas y patines; y tampoco soy tan altruista como para pedir un bien para la humanidad (aunque no está de más pedirlo, por si les queda tiempo).
Lo que quiero pedirles para este año es un muñeco, un bombón, va, para que entiendan: un hombre, pero no cualquiera, quiero uno de esos pocos, que estoy segura que quedan, que me hagan sentir como mujer. Lo sé, lo sé, tal vez sea mucho pedir, pero dado que en tantos años no he recibido nada, esto es como una pequeña compensación.
No creo que exista tal cosa como el hombre perfecto, pero la siguiente es mi versión de lo que se le acerca, aunque he de dar algunas especificaciones antes que pongan su magia a trabajar. Con el auge de la experimentación sexual, quiero que el hombre que me traigan sea 100% heterosexual y mayor de 18 años, para prevenir cualquier tipo de situación ilegal.
Creo que sería inútil decir que quiero que tenga la sonrisa de Hugh Jackman, la mirada de John Travolta o la voz de Elvis Presley, porque posiblemente no combinen, pero estoy segura de que lo quiero atractivo, de esos que son guapos pero no se dan cuenta de ello; encantador, de los que conquistan hasta a las abuelas más urañas y exigentes; con porte y clase, no a cualquiera le queda un traje de Hugo Boss. ¡Ah! Antes de que lo olvide, también con mucho sentido del humor, con perspicacia y que entienda el sarcasmo, porque después de lo físico es revitalizante una buena conversación.
Quiero un hombre que me vuelva loca, con las manos con el tamaño perfecto para acomodarse en mis curvas, con los labios que sepan justo en donde besar, con una lengua que se amolde, lama, juegue y me estremezca hasta los huesos.
No pretendo que me traigan al hombre perfecto, porque eso no existe, sino uno que se acerque a la descripción que les he dado, con un poco de esfuerzo lo encuentran, y espero con todas las ansias del mundo que me lo traigan.
Sin nada más por el momento y con los suspiros aguardando por el regalo, me despido. XOXO