En estas fechas es muy común escuchar frases como: "empiezo la dieta el primero de enero", "el próximo año sí hago ejercicio" o "¿qué me voy a poner para la fiesta si nada me queda?", sobretodo de mujeres, y mucho tiene que ver con la publicidad que se le hace a la imagen supuestamente perfecta que se debe tener. Más allá de interiorizar el significado, con relación a la religión de estas fechas, y reflexionar sobre el año que termina; los medios alientan la conducta de consumo desmedido y resaltan, al mismo tiempo, que la imagen es lo que importa.
Aunque suene como si estuviera amargada (me acabo de releer), lo escribo porque hasta hace poco yo era de esas mujeres, siempre preocupada por no estar dentro de las tallas que comercialmente son las aceptables, pero un buen día, viendo las semanas de la moda de otoño invierno 2010, me encontré con el reportaje que hizo FashionTV a la modelo Krystal Renn, ahora modelo de tallas extra.
Esta mujer que llegó a estar muy por debajo de su peso ideal y desmayarse en plena acera, hoy en día comparte su experiencia y marca una nueva tendencia sobre las pasarelas, ya que algunos diseñadores -como Jean Paul Gaultier y Marc Jacobs para Louis Vuitton- han recurrido a modelos más curvilíneas de las que se han visto en temporadas pasadas; lo que al mismo tiempo repercute en cómo se concibe la figura femenina del siglo XXI.
No puedo dejar de pensar que mujeres como Renn serán fuente de inspiración para todas aquellas que se sienten inseguras por no lucir cómo estrella de Hollywood, siendo que ella continúa trabajando en un sector que se basa en la imagen. Con esto no quiero decir que apoyo el sobrepeso u obesidad, por el contrario, pienso que las personas que padecen de estas enfermedades deben trabajar de manera saludable para estar en armonía con su cuerpo, y si aún con todo y ejercicio su constitución física es gruesa, lo recomendable es aceptarse como tales y no deprimirse o buscar métodos no saludables para transformar su físico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario