30 agosto 2009

Fantasía


Es muy interesante, por no decir fascinante, la manera en que conforme vamos creciendo vamos perdiendo la inocencia, ese rasgo característico de la infancia que te da la facilidad de creer en todo. A determinada edad si sigues creyendo en hadas, unicornios y dragones te tildan de loco o inmaduro, pero es elección de uno el creer o no; claro que lo racionalizas y queda como un recuerdo de la niñez. Y ni se diga de la influencia de Disney en nuestra concepción del mundo mágico, sobre todo con respecto a la hadas, esos seres diminutos con poderes mágicos (o polvo de hada) que se supone hacen el bien y ayudan a aquellos que se lo merecen.

¿Cuántos de nosotros no deseamos tener a un hada madrina que haga realidad nuestros mas fervientes deseos o que nos rocíen un poco de polvo de hada para volar? Me imagino que casi todos, por eso me sorprende escuchar a los niños de ahora diciendo que las hadas son tontas o que hablan de asesinatos como si fuera lo más normal del mundo. Los niños de hoy en día ya no creen en nada, influenciados por la televisión, los juegos de video y el acceso a Internet, van perdiendo mucho más rápido la inocencia y la capacidad de imaginar y de creer en seres mágicos, que si bien no son reales o tangibles, a veces ayudan a pensar que no todo en el mundo es malo.

No creo que el que se tenga acceso a la información sea malo o dañino y tampoco creo que los niños deban de estar dentro de una burbuja donde nada les afecte, pero es muy triste que un niño pierda esa parte que lo caracteriza, sobre todo a una velocidad tal que nos muestra lo afortunados que fuimos (aunque algunos dirán que desafortunados) de no estar tan pendientes de lo que pasaba en el mundo y poder disfrutar de la magia que ofrece el mundo de la fantasía y preocuparnos sólo por ser niños, claro los que tuvimos la oportunidad.

26 agosto 2009

Go ahead and smile

En la vida de toda mujer hay un hombre que nos cambia la vida, y no quiero decir que sea la mejor relación, en la que realmente descubres lo que es querer a una persona, amarla con todas las fuerzas que tienes, en la que aprendes a ceder y esperas que le suceda lo mejor en la vida, no, claro que no.



Es una relación que al inicio parece normal: te busca, te conquista, está disponible todo el tiempo y trata de cumplir cada uno de tus deseos, una vez que te ha ganado, descubres a otra persona, con una forma de ser diferente, empiezas a notar que son compatibles en casi nada, que sus gustos son diferentes y que en lugar de acoplarse el uno al otro, cada uno trata de imponer su voluntad y su forma de ser. Entonces piensas: "¿Qué hacer?" Si acabas cediendo en todo lo que él te dice entonces no tienes iniciativa y si no cedes se enoja porque quieres hacer sólo lo que a ti se te antoja. ¡Ah, qué complicado!



Bueno, regresando al tema, ya te tiene, lo quieres para ti, contigo, que se comporte como al principio, que esté pendiente de ti y sólo tenga ojos para ti. Claro que tú comprendes que también tiene cosas que hacer, trabajo o estudios o los dos, que tiene que ver a sus amigos, entonces no te vuelves tan demandante y tratas de aprovechar el tiempo que pasan juntos. Es en este momento en que comienzas a notar que se aparta, que no te llama tanto como antes y si llegan a salir es cada dos meses; pero tú sigues insistiendo, crees que después se le va a pasas, que es el estrés, mucho trabajo o está en la búsqueda de él mismo como una mejor persona, está bien, puedes esperar pero dentro de ti, muy dentro de ti sabes que no será así, que nunca van a funcionar como pareja, es aquí el punto preciso en el que tienes que darte cuenta de lo que pasa o seguirás pensando en él como el hombre perfecto que te amará toda la vida y que realmente no es así, simplemente es un hombre con profundos problemas de autoestima incapaz de relacionarse o comprometerse con otra persona.



Pero no todo está perdido, al ser tú la persona madura, que ves que no van a llegar a ningún lado decides ponerle un fin a la relación pero no sin antes agradecerle, muchos dirán ¡¿Por qué?! ¡¿Cómo agradecerle si por él no pensé en nadie más, si mi mundo giró en torno a él y no le importaba?! La repuesta es muy sencilla: gracias a él aprendiste a quererte y creer en ti como persona, aprendiste que eres capaz de querer a otra persona, de manera que le deseas todo lo mejor, aprendiste hasta que punto estás dispuesta a ceder y cuando es mejor retirarse antes de que se sigan lastimando o sigas sufriendo pensando que algún día cambiará (recuerden: las personas no cambian, modifican hábitos, pero no cambian).



Es por eso que deben agradecerle, aunque claro, en algún momento pensaron en regresarle todo el sufrimiento que les causó y es por ello que elegí esta canción de Lily Allen.



22 agosto 2009

Hola!!!!!!

Hola a todos!!!!

Fuera de que este espacio surja de un requisito académico, espero que lo que llegue a escribir le agrade a quien se dé una vuelta por aquí, ya sea para chismear, reflexionar, aprender o simplemente para pasar el rato.